
Estoy en un lapso de tiempo compenetrante, me envejece cada vez más, me es redundante, me es recíproco. Un par de palabras que me hacen siempre reflexionar y quedarme horas viajando con la mente, en cosas reales e irreales que me hacen cometer ese viaje. Se convierten en infinito y regalan recuerdos sobre cosas que nunca en la historia de los tiempos se ha memorado de tal modo. Regirse a sí mismo dependiendo del tiempo y de momentos que conforman la misteriosa comunidad que hay aquí dentro. Una situación conmovedora que convive dentro de millones de ojos alrededor de neuronas de oro flotantes y circulan y circulan y vuelan allí.
Música que exporta sentimientos dentro de viajes en submarinos de colores y cuentos de diferentes tamaños, inmunes a la desilución. Nada va a dejar de permanecer. Nada va a dejar de mutarse y reproducirse y evolucionar tanto como cada vez que ocurre. Continúa desenvolviéndose cada vez más hasta mucho más allá. Nisiquiera hasta las estrellas, todavía sigue por de más. Se extiende más y más.
No atrofia, hace bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario